Escultura Colibrí Alebrije tallada y pintada a mano, "Hummingbird Fancy"

Revoloteando brevemente en el jardín, un fantástico colibrí hace alarde de plumas brillantes. La hermosa criatura busca el dulce néctar en las flores del jardín. Por Manuel Cruz, este es un ejemplo complejo del arte alebrije de México. La imagen está tallada a mano en madera de copal al estilo de Oaxaca y pintada meticulosamente a mano con pequeños pinceles. Los detalles más finos se crean usando una espina de maguey en lugar de un pincel. Las piezas pequeñas se separan para el envío para protegerlas contra roturas.

La tradición del alebrije se originó con el artesano de la Ciudad de México, Pedro Linares (1906-1992). Cuando tenía 30 años, enfermó y entró en coma. Mientras estaba inconsciente, soñó que estaba atrapado entre la tierra de los vivos y los muertos, un lugar poblado de criaturas cuyas partes del cuerpo pertenecían a diferentes animales. Los seres gritaban repetidamente: "¡Alebrije!" Cuando se recuperó, Linares recreó estas fantasiosas figuras en papel maché. Su trabajo se hizo famoso e inspiró a artesanos del estado de Oaxaca, quienes comenzaron a elaborar alebrijes de madera.

La rama de madera dicta la forma final, por lo que el tamaño y la forma pueden variar ligeramente. Así, cada alebrije es una auténtica obra de arte popular mexicano.